Habilidades Sociales e Inteligencia Emocional

Durante la semana del 20 al 24 de octubre de 2014, Ideas Poderosas ha impartido sendos talleres de Habilidades Sociales e Inteligencia Emocional entre el alumnado del Centro de Personas Adultas «Antonio Machado» de Jaén, dentro del programa de intervención para la convivencia en el barrio de Peñamefécit desarrollado por Jaén Acoge.

Dentro del Programa de Intervención para la convivencia en el barrio de Peñamefécit de la ciudad de Jaén, se han desarrollado dos talleres de entrenamiento en Habilidades Sociales y desarrollo de la Inteligencia Emocional dirigido al alumnado del Centro de Personas Adultas ‘Antonio Machado’.
Una experiencia de formación intercultural en la que hemos podido comprobar que en la educación tan importante es el desarrollo de la inteligencia racional como el desarrollo de la inteligencia emocional.
Hemos disfrutado con el compromiso y las ganas de aprender de este grupo de personas procedentes de diversos países y culturas en unos talleres experienciales llenos de chispa y ganas de aprender.
En el enlace de más abajo, puedes ver la presentación que usamos para guiar la experiencia.

¿Consultoría o neurología?

No es de extrañar que a través de Paz Fontanera Digital -y curadora imprescindible- llegase a un artículo en el blog Cumclaivis enriquecido con algún comentario de Isabel Enpalabras Iglesias. Son todos ellos lugares comunes que acostumbro visitar y en los que suelo disfrutar y aprender. Me gustó el cuadro que elegía Manel Muntada y la equivalencia que hacía a partir de él para hablar del excesivo cientificismo a la hora de analizar e intentar entender algunas realidades. Comencé a escribir un comentario a su entrada, sin embargo, habiéndose alargado demasiado mis notas, creo más oportuno compartirlas desde este blog. Conclusión: aprender a sintetizar es una de mis asignaturas pendientes.

Es cierto, como Isabel decía en su comentario, que la demasiada luz ciega y provoca nuevas sombras, es cierto que las maneras de aproximarse a la realidad basadas en una supuesta “objetividad”, en relaciones causa-efecto, en la lógica y la razón más aséptica y pura pueden ser en muchas ocasiones un lastre más que una ventaja. No creo sin embargo que “la culpa” de esto lo tenga ese pensamiento mecanicista o el método científico, ni que estas maneras de estudiar la realidad no sean adecuadas o sean contraproducentes en sí. El problema no estaría en esta filosofía ni en su metodología sino, en el (mal) uso que se hace de ellas.

Los beneficios y los avances que han supuesto para la humanidad la aplicación de esos principios en disciplinas como la física, la química o la medicina han sido y siguen siendo tremendos para terminar con enfermedades, exterminar miles de personas con una sola bomba, revolucionar el transporte y las comunicaciones o permitir la aparición de internet y todo lo que ello implica en nuestras vidas. El método científico, que intenta establecer relaciones causa efecto entre variables dependientes-independientes, intentando a la vez mantener controladas todas las posibles variables extrañas, supuso un paso de gigante para el avance de la humanidad y así seguirá siendo.

Los problemas con el exceso de luz y la ceguera que puediera provocar comienzan tal vez cuando se pretenden aplicar estos principios a realidades y campos de estudio que no son susceptibles de poder ser analizados desde esta óptica lineal y mecanicista. Entre éstos se encuentran los casos que de manera tan acertada apunta Manel en su post (comunicación, liderazgo, conocimiento,…) También aparecen incongruencias, problemas y hasta disparates cuando se dan saltos conceptuales y se pasa a utilizar los descubrimientos y avances realizados desde estudios de laboratorio en ambientes totalmente controlados para ofrecer explicaciones unidireccionales, simples y mecánicistas de hechos que están a un nivel de realidad distinto, mucho más mundano, y que requeriría por tanto un análisis más contextual e interactivo y menos mecánico y aséptico.

Creo que con más frecuencia de la deseada ocurre esto en algunas prácticas que se hacen desde la formación, el coaching o la consultoría, debido a la cercanía y puentes que algunos tienden entre éstas y otras disciplinas como la PNL y demás “neurocosas” (neuromárketing, neuroeconomía, neuroliderazgo, neuroeducación, neurocoaching ¿?,…).

Volvemos a la idea que de alguna manera ya señalaba Manel en su post y con la que estoy de acuerdo, creo que los consultores, formadores, entrenadores,… deberíamos de tener una forma de mirar centrada en la persona en su contexto, lo que supondría independizarse de ese afán en exceso cientificista. Esto implicaría tomar conciencia de la seriedad y complejidad de nuestro campo de trabajo como marco relacional complejo, lo que tal vez evitaría la venta de humo y de soluciones fáciles y rápidas apoyadas en no se sabe qué suerte de estudios científicos.

No se trata aquí de quitar importancia a los avances en disciplinas como la neurología ni a las personas que trabajan desde sus laboratorios, y menos aún a la utilidad del método científico, lo que se pretende decir es que sería mejor situar cada disciplina al nivel de realidad que le corresponde y por tanto con un objetivo y objetividad propia, un lenguaje diferente y con una manera de actuar, de mirar y de relatar distinta.

[ted id=1633 lang=es]

Noviembre 2014. El mes para aprender a hablar en público

En Ideas Poderosas estamos comprometidos con la comunicación, y entendemos la comunicación en público más como una conversación que como un discurso, más como un proceso orgánico que mecánico, más como un acto inspirador que transmisor, por eso, nos gusta retar a la gente a mejorar su forma de dirigirse a una audiencia.
Este mes de noviembre, tal y como hicimos el año pasado, queremos que sea el mes para descubrir cómo puedes compartir tus ideas con pasión y emoción, con fuerza y encanto y te proponemos tres talleres independientes, aunque íntimamente relacionados, para mejorar tus habilidades para hablar en público.
Como novedad, incluimos un taller sobre storytelling debido a la demanda que esta técnica cada vez más está teniendo entre diferentes tipos de profesionales y que va más allá de contar historias.
Este mes de noviembre, y por segundo año consecutivo, te retamos a mejorar tus competencias para hablar en público. ¿Te atreves?

 

Los tres talleres que te proponemos son los siguientes:
  • Trabajando con el miedo a hablar en público. Training using drama.
    Sábado, 15 de noviembre. Duración: 10 horas
    Más información e inscripciones pinchando aquí
  • Encuentra tu voz. Aprendiendo a hablar en público.
    Viernes 21 y sábado 22 de noviembre. Duración: 15 horas
    Más información e inscripciones pinchando
    aquí
  • Construyendo tu relato. Storytelling para profesionales.
    Sábado, 29 de noviembre. Duración: 10 horas
    Más información e inscripciones pinchando
    aquí
Nos encantará poder contar con tu presencia en cualquiera de estos talleres y te prometemos una experiencia de aprendizaje intensa y emotiva.

 

¿Adicción tecnológica?

Pensando en voz alta a partir de estas declaraciones (2min. 14 seg.) en la cadena ser con motivo del Día Internacional de la Salud Mental.

Distintos perros con el mismo collar
Aún reconociendo que la ansiedad, la depresión o la adicción tecnológica son experiencias dolorosas, con las que la vida se hace más difícil (o muy difícil) de vivir y pueden requerir apoyo profesional, no deja de ser discutible esta insistencia en situar la depresión o la ansiedad o el consumo desadaptativo de cualquier química, objeto o tecnología (en definitiva, experiencias todas) y en general las llamadas ‘enfermedades mentales’ como patologías, al mismo nivel que la diabetes, el párkinson o la malaria. A diferencia de la universalidad de éstas, el uso de la tecnología será definida como patológico o no dependiendo de múltiples factores temporales, biográficos y contextuales. De esta manera la misma experiencia de uso de un smartphone podría ser catalogada hoy como trastorno de adicción tecnológico para un adolescente de Ainsa o de Cádiz, pero tal vez no sería considerada como ‘enfermedad’ para el mismo adolescente si viviera en la misma ciudad en el año 2018, o en el 2014 de una ciudad como Tokio.

Este manera de entender los problemas de la vida y el comportamiento humano podría no sólo no tener la solidez empírica y conceptual que tiene la misma aproximación a las entidades patológicas naturales, sino que además presenta otras desventajas como pudiera ser el hecho de desviar la atención de otras condiciones, además de las biológicas, no menos importantes y de las que también depende el inicio y mantenimiento de estos ‘trastornos mentales’.

Flor nueva de romances viejos
Sorprendernos o incluso alarmarnos ante cambios tan bruscos y radicales de las formas cotidianas de estar y de ser en el mundo es una reacción frecuente y lógica. Después de toda una historia de generaciones comunicándonos y compartiendo cara a acara, aprendiendo en aulas dirigidas por expertos docentes o amándonos piel con piel, puede ser de sentido común, e incluso una reacción adaptativa, extrañarse y adelantar conclusiones sobre los peligros del vivir en digital.

No es difícil por tanto encontrar sólidos y variados argumentos desde la psicología, la filosofía, la antropología o desde la psiquiatría que nos alertan de lo extraño que es y los riesgos que para los individuos y la sociedad supone estar conectado a lo virtual la mayor parte del día y trabajar, reir, sufrir, aprender o amar a golpe de kilobites.

Situaciones similares se dieron siglos atrás cuando otras tecnologías facilitaron usos innovadores y cambios radicales en las maneras de vivir (pienso ahora en la imprenta, la televisión, o la locomotora). Pero el Darwinismo y la realidad son tozudos y al cabo de un tiempo obligaron a cambiar los marcos de referencia, las teorías y las viejas formas de entender(nos) en el mundo.


El presente invisible

No se trata de negar los riesgos de los usos patológicos o desadaptativos de las tecnologías (como la adicción a las redes sociales), por supuesto que son condiciones que causan sufrimiento y pueden requerir una atención especial y profesional. Sin embargo creo que debieramos ser más meticulosos en nuestra forma de hablar de ello para evitar así caer en el sobrediagnóstico y no patologizar en exceso la vida cotidiana de muchas personas. Para ello son importantes los mensajes que nos llegan desde expertos (psiquiatras, psicólogos,…) y el trabajo responsable de los medios de comunicación que le dan voz.

Creo que sería interesante escuchar con más frecuencia análisis de estas nuevas realidades no sólo desde el pasado y desde nuestra experiencia como producto de nuestra historia y nuestros valores, sino también mirando al futuro (o tal vez presente invisible para muchos de nosotros), para así poder relatar estos nuevos “problemas” desde realidades y valores que, aunque no se estudien aún en las facultades o sean ajenos a la vida de los expertos, no dejan de estar ya aquí.

Lo de ‘relaciones más autistas’ y ‘minusválidos sociales’, merecen un post aparte.

Ideas Poderosas, historias desde la Resistencia.

Granada queda ya lejos, pero no deja de sorprenderme aquél afán por dejar que fuera la vida la que fuese haciendo el camino y no al revés. No dejo de pensar si aquello era razón o estrategia o tal vez pura excusa para hacer todo y no decidir nada, o simplemente una manera de estar donde tocaba estar.

Así comenzamos a inventarnos como psicólogos clínicos, a construir(nos) como psicoterapeutas, a golpe de conversaciones entre el Ruido Rosa y el Amador, así comenzamos a imaginar sin saberlo la clínica que un tiempo después sería el lugar que parimos y donde pudimos aprender y (com)prender lo que varios años de universidad y muchos profesorxs nunca nos dijeron.

Y esa fue nuestra casa, la psicoterapia, durante más de 12 años, allí aprendimos que la felicidad no es un buen objetivo si se quiere ser féliz y descubrimos algunas de las vidas más valiosas, heroicas y sorprendentes que hemos conocido, historias dolorosamente felices y tristes, victorias increíbles y derrotas tan memorables como imprescindibles,… Hoy aún seguimos unidos por un cordón umbilical a la práctica de la psicología clínica en nuestros gabinetes, pero las continuas llamadas desde centros de profesorado, ayuntamientos, ONG, empresas privadas, sindicatos o fundaciones para colaborar con ellos como docentes -especialmente de las áreas de la salud, la docencia, comunicación y organización de equipos de trabajo- volvieron a marcar el camino y poco a poco nos fuimos (auto)exiliando de la clínica y dedicando cada vez más nuestro tiempo a la formación y el desarrollo personal de profesionales. Eran tiempos en los que a un taller lo sucedía otro, en el que los cursos se encadenaban mañana y tarde, mientras la burbuja de la formación continuaba su ritmo.

Los años corrían y a pesar del buen hacer de la mayoría de alumnxs y docentes, toda aquella maquinaria envenenada de la formación subvencionada terminó atrapada por su propia estrategia, por su maquinaria pesada, por estar más diseñada para las justificaciones económicas que para las personas y por su alma muchas veces seca de valores.

Y de esta manera todo se detuvo de repente, era la historia de una muerte anunciada. Con la Formación Profesional para el Empleo -tal y como se había entendido hasta el momento- en la UCI, sólo profesionales muy (re)conocidos o consultoras y compañías de recursos humanos de cierta relevancia tendrían cartas que jugar en la nueva partida.

¿Ahora qué?, nos preguntamos. Volver a la clínica full time y dejar a un lado la formación suponía abandonar una de nuestras pasiones profesionales y personales, y no queríamos renunciar al oficio de aprender y enseñar en unos momentos tan apasionantes como éstos por todos los retos que los avances tecnológicos, culturales y metodológicos implican.

Así que decidimos que era el momento de resistir. De resistir no como una postura política ni como un ejercicio pasivo de apretar los dientes y aguantar la tormenta. Era el momento de resistir como una estrategia organizada, una estrategia con un diseño humano más que contable, centrado en las personas y en su manera de conversar, de experimentar, de emocionarse, de aprender,… Resistir como una forma de rebeldía a todo lo que habíamos visto estos 17 años como docentes y que no nos había gustado, resistir como una manera de poner nuestros valores por delante, resistir a la maquinaria de las subvenciones entendidas como forma de vida, resistir como una manera de asumir riesgos y a la vez de hacer lo que sabemos hacer bien, resistir como una manera de cambiar el mundo, de disfrutar con nuestro trabajo, y de no dejar de experimentar y de aprender.

Por todo ello en Ideas Poderosas tenemos el alma de partisanos y decimos que nos gusta crear historias desde la Resistencia.

Como ocurría con la Resistencia, desde Ideas Poderosas también hacemos “guerra de guerrilas”, nuestra organización es ágil, flexible, aparecemos y desaparecemos sin grandes despliegues, no tenemos que movilizar grandes y pesados recursos, ni humanos ni materiales. Nos basta una videocámara, un smartphone y una conexión a datos para revolucionar el corazón, las cabezas y las manos de las personas con las que trabajamos.

Al igual que pasaba con la Resistencia nuestro modo de mirar la realidad es un poco inconformista a la vez que positiva, porque confiamos en que las cosas se pueden ver, hacer y contar de otras maneras.

Como ocurría con la Resistencia, en Ideas Poderosas contamos con ciertas dosis de clandestinidad y la complicidad del pueblo, el apoyo de la gente y de sus espacios para movernos, para actuar, para hacer que pasen cosas, para sobrevivir y para cambiar con ellos la realidad que no nos gusta.

Tal y como pasaba con la Resistencia, para Ideas Poderosas es imprescindible la colaboración de y con otras organizaciones y personas que conocemos y otras que vamos descubriendo, con las que compartimos valores y con las que disfrutamos y no dejamos de aprender.

Como ocurría con la Resistencia, en Ideas Poderosas los valores y la ideología son importantes. No todo vale. Para nosotros el compromiso con los territorios, con lo social, con la diversidad, con las personas, con las organizaciones grandes y pequeñas está en el centro de nuestra manera de trabajar, de entender y relatar el mundo.

De todo esto se alimenta nuestra alma de partisanos: de crear historias desde la resistencia y seguir disfrutando sin remedio.

 


Nota: ‘Los resistentes fueron hombres y mujeres de todas las edades, aunque a menudo jóvenes, incluso muy jóvenes. Los estudios apuntan que, a pesar de que la Resistencia contó con auténticos personajes románticos y bohemios, la gran mayoría de ellos estaban casados, tenían un oficio y una vida de familia. Entre éstos cabían universitarios, maestros, periodistas, ingenieros, eclesiásticos, militares, adolescentes de las clases medias y superiores, tanto como obreros, tenderos o artesanos. Sólo una minoría vivía a tiempo completo en una total clandestinidad.
Todas las capas sociales, todas las sensibilidades políticas, filosóficas y religiosas están representadas en el seno de la Resistencia’ [recuperado de la wikipedia]

Nosotras votamos

Hace justo una semana se podía leer en la página de facebook de la Tertulia Feminista Les Comadres: ‘¡Hoy estamos de celebración! ¡Rajoy ha anunciado que retira la contrarreforma del aborto! Un gran éxito de y para todas las mujeres y la sociedad civil. Que las jóvenes sepan que seguiremos luchando para que no vean mermados sus derechos’.

Como las alegrías tampoco vienen solas pronto supimos que Gallardón había dimitido. Y nos alegramos muchísimo.

Junto a estas asturianas, las feministas españolas celebramos la noticia. A ellas nuestra gratitud porque esta asociación y las Mujeres por la Igualdad de Barredos salieron en tren hacía Madrid para protagonizar la más grande manifestación feminista de la historia de nuestro país. Su indignación contra la reforma que Gallardón se proponía hizo que fueran las promotoras del tren de la libertad, al que nos sumamos mujeres y, también, muchos hombres de toda España. Había que impedir que los derechos de las mujeres retrocedieran. Después vino la película “El Tren de la Libertad” cuya idea partió de la crítica de cine y paisana nuestra Pilar Aguilar Carrasco. No han podido con nosotras. Juntas lo hemos conseguido. Y la inmensa mayoría de las asociaciones de la sociedad civil han estado con nosotras. Ha habido muchas acciones feministas pero con el tren de la libertad aprendimos que #JuntasSomosPoderosas.

Y este domingo en muchas ciudades españolas hemos celebrado la retirada de la reforma que tanto sufrimiento traería. En Jaén convocó Marea Violeta.

El objetivo de todo Gobierno ha de ser procurar la felicidad de la ciudadanía. Por eso, las leyes se crean o se modifican para solucionar problemas, no para crearlos. La mayor parte de la sociedad estaba a favor de conservar la ley actual, y en democracia esto debe ser razón suficiente para no modificarla pero a este gobierno parece que la mayoría solo le interesa el día de las elecciones.

Por eso las encuestas les han hecho razonar y es que les dicen que el cuarenta por ciento de sus votantes no quería reforma. Tampoco les conviene olvidar que votamos más mujeres que obispos.