Conocimiento y uso de los productos de apoyo por parte de personas con discapacidad

López C., Calvillo M. y Ramos J.A. (2015). Conocimiento y uso de los productos de apoyo por parte de personas con discapacidad. Comunidad. Vol. 17, nº. 2.

Se presentan en este trabajo los resultados de un estudio descriptivo llevado a cabo con un grupo de 15 personas con las que se pretendía conocer el grado de introducción de los productos de apoyo entre la población de personas con discapacidad de la zona y realizar una aproximación inicial a las variables personales que pudieran estar relacionadas con un mayor o menor conocimiento y uso de las mismas.

La norma UNE EN ISO 9999:20117 sobre clasificación y terminología de productos de apoyo para personas con discapacidad define los productos de apoyo como cualquier producto (incluyendo dispositivos, equipo, instrumentos y software) fabricado especialmente o disponible en el mercado, utilizado por o para personas con discapacidad y destinado a: facilitar la participación; proteger, apoyar, entrenar, medir o sustituir funciones/estructuras corporales y actividades, o prevenir deficiencias, limitaciones en la actividad o restricciones en la participación.

Actualmente, la provisión de productos de apoyo a personas con discapacidad está basado sobre todo en cuestiones relacionadas con el diagnóstico y las limitaciones que los posibles beneficiarios presentan. Sin embargo, según se deriva de este estudio, son múltiples los factores que intervienen en el acceso y uso efectivo de los productos de apoyo de manera que estos supongan un impacto real en la vida de las personas que los utilizan.

A la luz de los resultados obtenidos, se sugiere la conveniencia de adoptar un enfoque contextual, ideográfico y centrado en la persona a la hora de establecer los procesos de toma de decisiones y métodos de información, difusión, formación y asesoramiento sobre servicios y productos de apoyo a personas con discapacidad y sus familias.

Palabras clave: productos de apoyo, diversidad funcional, discapacidad en la vejez, calidad de vida.

Enlace al artículo.

Educación en valores. Inteligencia emocional en el ámbito familiar

Dentro de las colaboraciones que hacemos con entidades y centros educativos desde Ideas Poderosas, el 9 de diciembre de 2015, Juan Luis Hueso habló sobre Educación en valores en el Colegio La Presentación de Linares (Jaén) impartiendo una charla coloquio bajo el título «Educación en valores. Inteligencia emocional en el ámbito familiar».

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Una intervención en la que desde el primer momento se hizo participar a los padres y madres que asistieron a la actividad organizada desde el Centro Educativo y en la que al finalizar se concluyó con un interesante debate acerca del papel de la educación tanto escolar como familiar en la promoción de valores y la importancia de trabajar en una educación emocional con los más jóvenes.
Una nueva oportunidad de acercar el conocimiento a las escuelas y de conversar con las familias sobre aquellos temas que tanto nos preocupan.
Desde Ideas Poderosas queremos agradecer al equipo directivo del Colegio de La Presentación su invitación y su trato amable y hospitalario para con nosotros.
A continuación puedes ver la presentación que se usó en dicha charla:

Inteligencia emocional y valores from Juan Luis Hueso

Del autoconocimiento al empoderamiento con Jaén Acoge

Del autoconocimiento al empoderamiento fue el título que escogimos para este taller desarrollado en colaboración con Jaén Acoge y empezar contando una derrota memorable fue la forma en la que iniciamos esta breve, pero intensa intervención en la que las participantes se han emocionado hablando de sus vidas, de sus experiencias, de sus fracasos y de sus miedos y cómo estas experiencias les han hecho fuertes para enfrentarse al día a día conservando sus sonrisas y su sentido del humor para ofrecérselos a los demás.

A través de sus derrotas memorables hemos hablado sobre cómo construir las fortalezas que poseen o que necesitan para conseguir autoafirmarse, creer en ellas y comportarse de manera socialmente habilidosa.

El autoconocimiento es la herramienta para creer en nuestro potencial personal y asumir el control a pesar de los obstáculos; un autoconocimiento que nos permita la autoaceptación y que, nos guste o no lo que veamos de nosotros, nos permita comprometernos con nuestro valores, con lo que nos importan, con lo que es relevante en nuestras vidas.

Todas estas ideas han sido la excusa y el contexto para aprender a expresar nuestras emociones, a decir no, a aceptar y recibir críticas y a enfadarnos (pero enfadarnos bien). Todo ello desde la escucha y la empatía.

Como siempre, un placer colaborar con Jaén Acoge a quien agradecemos su confianza y hospitalidad de la mano de María Cano, Elena y Marta.

Formación y desarrollo personal, estamos errando el disparo

El jueves pasado Juan Luis Hueso y yo nos llevamos a nuestra criatura, Ideas Poderosas, a los previos del Foro de Emprendedores Lince 2015, que se celebrará el día 2 de diciembre.

Se organizaron esa mañana en IFEJA 5 mesas sectoriales diferentes (TIC, servicos, agroalimentario y comercio) y en cada una de ellas diferentes personas presentaban su propuesta o algún aspecto de su empresa que quisieran dar a conocer ante representantes de entidades como la Asociación Cultural de Empresarios y Profesionales PROA, la Universidad de Jaén, Caixa Bank o Caja Rural de Jaén -entre otras-. Todo ello con un formato ágil y dinámico: 5 minutos para presentar tu propuesta y 5 minutos para recibir preguntas.

Fue una buena experiencia, tuvimos la oportunidad de conocer buenas ideas bien presentadas (de manera excelente algunas de ellas) por las personas que allí estuvieron. Disfrutamos y aprendimos.

Tras presentar nuestra idea y lanzar una propuesta final, nos preguntaron algo así: “después de vuestras acciones de formación, ¿qué hacéis para que el subidón de ánimo con el que salen los participantes se extienda en el tiempo y tenga efecto de vuelta a la vida y el trabajo cotidiano?” Fue una muy buena pregunta. Sin duda ésta es una de las claves de la formación enfocada al desarrollo personal y la consultoría. Más allá de todos los retos que esta pregunta plantea y de las posibles respuestas (respuestas que tienen que ver entre otras cosas con el enfoque ante el cambio, con un análisis funcional contextual e ideográfico de la situación que se desea cambiar, con los valores de la empresa -o sea de las personas en ella-, con el relato que sobre dichos problemas tienen las personas implicadas, con el uso de una metodología de aprendizaje experiencial basada en evidencias o con el uso planificado de las estrategias de trasferencia adecuadas, etc.), como decía, más allá de lo apasionante que nos resulta reflexionar sobre estas cuestiones, la pregunta nos encantó.

Nos encantó porque es reflejo y resultado de lo que paso a paso, sesión a sesión, post a post, se está consiguiendo desde el trabajo de una gran número de consultores, formadores, psicólogos, coachs y neurothings: todas estas cosas consisten principalmente en generar ese “subidón”. Creemos que se empieza a recoger lo que se ha sembrado desde los fuegos de artificio, el buenismo y el positivismo sin piedad tan injustificado como jaleado desde una psicología y disciplinas afines -bajo nuestro punto de vista- mal entendidas.

La formación, el desarrollo personal, la consultoría o la psicología son algo mucho más serio que tiene que ver con los principios del aprendizaje y análisis del comportamiento de las personas y de éstas en las organizaciones. Así, no tendría sentido darle entidad propia a la psicología positiva (¿donde está la negativa?), tiene sentido la psicología sería y bien hecha. Tampoco hemos descubierto nada diferencial o genuino y propio del coaching que aporte algo diferente a lo que ya se dice y se hace desde la psicología. Y así podríamos repasar otras “modas” de este tiempo excesivamente (mal) psicologizado.

No, no pensamos que la clave de la formación o el aprendizaje sea provocar ese “subidón” de autoestima, autoconfianza, automotivación (por nombrar sólo algunos de los componentes del parque móvil de la psicología). No es ese nuestro objetivo en las acciones que llevamos a cabo. Necesitamos la experiencia real, es decir también necesitamos la frustración, la vergüenza, el miedo, la derrota, los errores o exponernos a las propias limitaciones; y necesitamos tener muy claro nuestros motivos y nuestros valores y comprometernos seriamente con ellos. Es en el compromiso y el trayecto con esos valores donde se puede encontrar el sentido y la satisfacción personal/laboral de cualquier proceso de aprendizaje, y no en un optimismo infantil exacerbado ni en la tiranía de la felicidad como objetivo.

Estamos errando el disparo porque hemos equivocado el objetivo.

Apuntes sobre un nuevo proceso de consultoría relacional

«Váyanse a descansar un rato y después vengan y me sacan de aquí.

Mañana comenzamos junto con Aula Integral de Formación un nuevo proceso de formación y consultoría relacional con Hornipan Rangel, una empresa panificadora con sede en Bailén (Jaén) que, con un equipo de 45 personas, amasa diariamente 14 toneladas de harina y lleva su pan desde Barcelona hasta Algeciras. Detrás de Hornipán Rangel hay una historia (o mejor muchas historias) apasionante, una historia de mucho insomnio desesperado pero a la vez creativo, de mucho trabajo, de innovación y de pequeñas y grandes conquistas, pero también una historia llena de derrotas memorables, de las que le hacen a uno mismo y a sus proyectos crecer y desarrollar autenticidad y un carácter propio.

Como siempre hacemos, antes de comenzar con el diseño de la acción formativa mantuvimos una entrevista con el gerente de la empresa, Alfonso Rangel. Se trataba de conocer las instalaciones y el proceso de trabajo in situ, conocer los valores que van en el adn de la historia de la empresa y que Alfonso quiere que corran por las venas y las relaciones de sus trabajadores/as, conocer la manera que tiene de comunicar y comunicarse con/entre ellos/as, acercarnos desde sus zapatos al tipo de conflictos y problemas que se dan entre ellos y las emociones que estas situaciones despiertan en él y en todo el equipo. En definitiva se trataba de hacer un análisis funcional de las relaciones y las situaciones “conflictivas” que en ocasiones suceden y de las interpretaciones que él hace acerca de porqué ocurren las mismas.

Según observamos en nuestra visita y según nos contó en la entrevista no es una empresa con frecuentes o intensos problemas entre sus trabajadores, ni tampoco interfieren estas relaciones de manera significativa y sistemática en el rendimiento ni la producción; tampoco está pasando por momentos de pérdidas o reducción de beneficios, más bien al contrario. Sin embargo, Alfonso de alguna manera quiere hacerles pensar sobre el ambiente emocional en el que trabajan, sobre “la confianza y la humildad en el trabajo” (son palabras suyas), sobre la cercanía, la cooperación y la empatía que existe entre ellos y cómo estos aspectos les puede afectar no sólo a su rendimiento, sino también a su manera de trabajar “a gusto” y de sentirse satisfechos de su trabajo y del equipo al que pertenecen.

Ya tenemos todo listo, mañana en las geniales instalaciones del Parque Científico y Tecnológico GEOLIT comenzamos con la primera de las tres sesiones de consultoría relacional que tendremos con la plantilla de trabajadores de la empresa con el fin de generar una experiencia compartida alejada del contexto laboral habitual. Pocas explicaciones y muchas conversaciones a partir de diversas actividades que provoquen lo mejor y lo peor de cada uno de ellos y que nos permitirán establecer equivalencias con las situaciones y comportamientos que ocurren de manera natural en su trabajo.

El cercano 16 de noviembre hará 30 años que Omayra Sánchez Garzón, una niña de 13, moría víctima del volcán Nevado después de tres días atrapada en el lodo y los restos de su propia casa. Tras horas de trabajo de los bomberos y especialista que trataban de ayudarla a salir, la niña aún atrapada les dijo: “Váyanse a descansar un rato y después vengan y me sacan de aquí”.
Pocos ejemplos de humildad y confianza más profundos que este me vienen ahora a la cabeza. Por eso la recordaremos mañana y le contaremos su historia al grupo, la mayoría de ellos tal vez nunca hayan oído hablar de Omayra, muchos de ellos no habían nacido aún. Creemos que será positivo llenar de contenido y referentes reales palabras como humildad y confianza, e imaginar cómo sería trabajar (o vivir) si fuésemos capaces de actuar de esa manera. Con humildad y confianza.

De la psicología clínica a la consultoría

Tras doce años trabajando full time como psicólogo clínico es difícil aterrizar en la formación y la consultoría dejando a un lado experiencias, aprendizajes y perspectivas de ese tiempo. En ideas poderosas sabemos que este recorrido es una de las cosas que nos hace darle un matiz diferente a nuestra manera de diseñar nuestras acciones, de trabajar y de relacionarnos con nuestros clientes.
Conforme vamos completando proyectos nos vamos haciendo más conscientes de estas conexiones entre la clínica y la consultoría y la formación, conexiones que están más en los métodos y los conceptos que en los contenidos y los objetivos del ejercicio de la psicoterapia con nuestro trabajo actual. A lo largo de este tiempo hemos ido recogiendo -y así seguimos- estas equivalencias, esas maneras de hacer enraizadas en nuestros personajes de psicólogos clínicos que suelen aparecer de manera espontánea en nuestro trabajo actual, e intentamos sistematizarlas e integrarlas en una manera de trabajar más estratégica e intencionada dentro de nuestro papel como consultores y docentes.

Llegados a este punto, y como manera de ayudarme a organizar estas ideas, me propongo reflexionar en voz alta en una serie de post sobre estas conexiones. Se trata de hablar sobre determinados conceptos y prácticas propias de la psicología clínica en general y de algunas terapias en particular y de hacer una lectura de las mismas aplicada al ejercicio de la docencia y la consultoría Como esencialmente será un ejercicio de reflexión personal creo que no seguirán los post una línea lógica ni organizada, se parecerá más bien a un cuaderno de viaje lleno de apuntes y dibujos rápidos, con muchas ideas a vuela pluma que pueden desaparecer y volver a aparecer en distintos momentos.

Tomando posiciones

Ejercer la psicología desde una perspectiva u otra implica posicionarse y elegir una manera determinada de entender y estudiar el comportamiento, la mente, la salud mental, la (a)normalidad,… Desde ese campo de referencia analizamos y tratamos con la realidad con la que tendremos que tratar como profesionales. Nunca me ha parecido serio o una virtud ni la indefinición ni el eclecticismo conceptual dentro de la práctica de la psicología a la hora de situarse en un marco teórico desde el que trabajar.

Personalmente, el escenario desde el que siempre he trabajado y estudiado nuevas formas de hacer las cosas tanto en educación como en psicoterapia ha sido el conductismo, más en concreto el interconductismo y el conductismo radical de, entre otros, JR Kantor y BF Skinner y toda la carga de estudios básicos y aplicados sobre el aprendizaje y el comportamiento humano que esta “escuela” atesora . Comentaremos por tanto desde mi punto de vista y experiencia las conexiones aplicadas entre la consultoría y este cuerpo teórico/práctico y todo lo que ha surgido a partir de él: los principios básicos del aprendizaje, la modificación de conducta, el análisis funcional de la conducta, la teoría de marcos relacionales, el análisis funcional de la conducta verbal, las relaciones de equivalencia, las psicoterapias basadas en la función del lenguaje o terapias de tercera generación -como son la terapia de aceptación y compromiso de Hayes o la psicoterapia analítico funcional de Kohlemberg y Tsai-, etc.
Poco a poco iremos pensando en voz alta para poner en orden ideas y anotaciones, y lo compartiremos desde este blog. No hay otra intención. Veremos en qué queda todo esto.

Positivismo sin piedad

Leía ayer este post de Julen Iturbe en el que compartía un texto del libro “La sociedad del cansancio”, de Byung-Chul Han, y que me hizo conectar con algunos apuntes e ideas que tengo recogidas en relación al positivismo. Consciente de mi ignorancia a cerca de los planteamientos de este autor (las citas que recoge Julen en su blog es lo único que he leído de él) y de que la cita que voy a comentar está sacada totalmente del contexto conceptual que Byung-Chul Han plantea en su libro, comento -en voz baja y con recato- un par de cosas sobre lo que escribe, enlazándolas con estas notas e ideas que tenía en modo reposo.

Por acotar la cosa, me voy a centrar en este párrafo:

‘La sociedad disciplinaria es una sociedad de la negatividad. La define la negatividad de la prohibición. El verbo modal negativo que la caracteriza el el “no-poder”. Incluso al deber le es inherente una negatividad: la de la obligación. La sociedad de rendimiento se desprende progresivamente de la negatividad. Justo la creciente desregularización acaba con ella. La sociedad de rendimiento se caracteriza por el verbo modal positivo poder sin límites. Su plural afirmativo y colectivo “Yes, we can” expresa precisamente su carácter de positividad. Los proyectos, las iniciativas y la motivación reemplazan la prohibición, el mandato y la ley’.

Pareciera que la crítica (o la explicación) que el autor hace de la sociedad disciplinaria estuviera escrita desde la perspectiva propia de la sociedad del rendimiento a la que también hace referencia. Asumir que la obligación es una negatividad inherente al deber no puede hacerse más que desde un posicionamiento filosófico y vital propio de algo así como un individualismo positivo extremo en el que el estado y las instituciones públicas y las corporaciones privadas se sacuden de un plumazo su responsabilidad sobre lo que quiera que sea la felicidad de sus ciudadanos y trabajadores, y sus posibilidades de mejorar, superarse o incluso emprender.

La obligación en sí misma no es necesariamente una negatividad o algo negativo. La obligación puede estar vinculada a valores como el compromiso, la responsabilidad o incluso al amor. La obligación tal vez sea un elemento imprescindible de la libertad, la igualdad, del aprendizaje, la educación,…

El que la sociedad del rendimiento con su peculiar positividad se desprenda de la vieja negatividad para infundirnos ese nuevo poder y optimismo sin límites, puede no ser más que una impostura, un lobo disfrazado de cordero, o si se prefiere un troyano, que dándonos nuevas armas nos hace más débiles, que quitándonos obligaciones nos hace más esclavos, que iluminándonos nos deja más ciegos y que prometiéndonos la felicidad como objetivo de vida nos hace más infelices. Una maniobra sutil montada desde un uso perverso del lenguaje que termina por hacernos insensibles a las contingencias que se van instalando con serenidad entre la tiranía de la normalidad y la busqueda de una felicidad con demasiados efectos secundarios indeseables.

No deja de ser curioso y una paradoja que en la sociedad del rendimiento, liberada ya de la negatividad de la obligación, con unos ciudadanos más informados, con una internet que parece que nos hace más inteligentes (cuantas dudas metodológicas y conceptuales despiertan este tipo de estudios), con la promesa de conseguir lo que nos propongamos si tenemos la adecuada actitud positiva,… seamos capaces de mantener y aguantar tantas situaciones injustas durante tanto tiempo sin mover más que un dedo para hacer clic en las campañas de apoyo que nos llegan por la red. Pareciera a veces que la sociedad del rendimiento y del positivismo sin piedad incapacita más nuestra posibilidad de reacción y compromiso que la vieja sociedad disciplinaría de las obligaciones.

Tal vez no sea buena idea analizar valores como la obligación o el esfuerzo desde el contexto político, desde el mundo de la empresa o desde la educación de hace 40, 50 o 60 años, pues nos puede llevar con cierta facilidad a renegar de ellos.

No, no creo que cualquier sociedad o cualquier tiempo pasado sea mejor, pero sí creo que hay elementos que tuvieron un gran peso en aquellas vidas que es necesario rescatar y poner en su justo valor en un nuevo escenario.

Nota: La imagen es una foto de la Catedral de Jaén, por J.M. Ballester

Conceptos, metáforas y mármol

Contaba el diario Clarín esta misma semana que ‘una empleada del museo italiano Bozen-Bolzano, llegó por la mañana al museo y vio lo que le pareció un desorden: botellas de champagne vacías, papel picado, guirnaldas, colillas de cigarrillos, en fin, todo lo que queda después de un final de fiesta. Convencida, barrió todos los objetos, poniéndolos en bolsas de basura que clasificó de manera ecológica. Lo que nunca sospechó la señora fue que no se trataba (¡para nada!) de basura sino ¡de una obra de arte! Era ni más ni menos que Dónde podríamos ir a bailar esta noche de las artistas Sara Goldschmied y Eleonora Chiari’.

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Detalle de “Dónde podríamos ir a bailar esta noche”, Sara Goldschmied y Eleonora Chiari

Parece ser que esta falta de cultura y sensibilidad artística no es algo exclusivo de los profesionales de la limpieza de museos de países mediterráneos, también ha ocurrido en la Tate Britain y otros museos alrededor del mundo.
Tal vez no habría ocurrido lo mismo si la obra abandonada a su merced en mitad de la sala de exposiciones hubiera sido ‘El rapto de Proserpina’.

El metafórico poder de las palabras hace posible que términos como arte o artistas sirvan apara referirnos a cosas tan diferentes. Después vienen individuos como Bernini con su mármol y sus cosas a poner todo en su sitio y a liarnos con el uso que hacemos del lenguaje…

Reivindicar lo cotidiano

[wr_row][wr_column]Cuando las creencias nos alejan de nuestros compromisos y nuestros valores, cuando pasamos más tiempo planificando cómo va a ser nuestro futuro el día que tengamos la motivación suficiente y los planetas se alineen en aquario que remangándonos y poniéndonos manos a la obra, cuando dedicamos el mayor esfuerzo a ejercitar nuestro cerebro con frases autocomplacientes en positivo mientras renunciamos a asumir riesgos y actuar en nuestro ambiente, cuando dedicamos más tiempo a la mente que a la vida…. tal vez algo está fallando.

Entre tantos discursos cultos y glamurosos sobre el poder de la energía positiva, entre tantos relatos de dudosa base empírica sobre las capacidades de nuestro cerebro no exploradas ni aprovechadas por la mayoría de los mortales, entre tanta creencia de un “si quieres puedes” mágico y pervertido, entre tanto quiromante y fingidas ciencias,…me apetece reivindicar con este recorte (2 minutos) del final de uno de los programas “Las noches de Ortega” la necesidad de la evidencia, el contacto con la realidad y la importancia de lo cotidiano. No es la impostura de la felicidad o su búsqueda la condición necesaria para vivir o arrancar cada día. Son las acciones vitales, el contacto real con el aquí y ahora, el compromiso con lo que en cada momento nos toca hacer y comprometernos, los movimientos más importantes -también los más bellos- para, llegado el día de mirar nuestra historia y a pesar de los inevitables momento duros vividos, narrarnos y reconocernos felices.

De lo contrario corremos el riesgo de escribir una biografía con mucho cuento y poca historia.[/wr_column]][wr_text]Cuando las creencias nos alejan de nuestros compromisos y nuestros valores, cuando pasamos más tiempo planificando cómo va a ser nuestro futuro el día que tengamos la motivación suficiente y los planetas se alineen en aquario que remangándonos y poniéndonos manos a la obra, cuando dedicamos el mayor esfuerzo a ejercitar nuestro cerebro con frases autocomplacientes en positivo mientras renunciamos a asumir riesgos y actuar en nuestro ambiente, cuando dedicamos más tiempo a la mente que a la vida…. tal vez algo está fallando.

Entre tantos discursos cultos y glamurosos sobre el poder de la energía positiva, entre tantos relatos de dudosa base empírica sobre las capacidades de nuestro cerebro no exploradas ni aprovechadas por la mayoría de los mortales, entre tanta creencia de un “si quieres puedes” mágico y pervertido, entre tanto quiromante y fingidas ciencias,…me apetece reivindicar con este recorte (2 minutos) del final de uno de los programas “Las noches de Ortega” la necesidad de la evidencia, el contacto con la realidad y la importancia de lo cotidiano. No es la impostura de la felicidad o su búsqueda la condición necesaria para vivir o arrancar cada día. Son las acciones vitales, el contacto real con el aquí y ahora, el compromiso con lo que en cada momento nos toca hacer y comprometernos, los movimientos más importantes -también los más bellos- para, llegado el día de mirar nuestra historia y a pesar de los inevitables momento duros vividos, narrarnos y reconocernos felices.

De lo contrario corremos el riesgo de escribir una biografía con mucho cuento y poca historia.[/wr_text][/wr_column][/wr_row]