José Antonio Marina y el talento de los canteros

Esta tarde he disfrutado de la conferencia que el profesor, yo diría mejor maestro, José Antonio Marina ha impartido en el vivero de empresas de la Cámara de Comercio de Jaén.
La conferencia, que ha ido in crescendo, ha paseado por lugares comunes como la felicidad, la educación, la motivación, las relaciones personales, la empresa e incluso, de refilón, la política.
Con el estilo sereno de quien sabe muy bien de lo que está hablando y sin ningún fuego de artificio (sin notas, sin powerpoint, sin aspavientos ni gestos desmedidos) ha hilvanado sus argumentos dejando con ellos unas cuantas ideas poderosas que me permito compartir con vosotros con mis propias palabras y desde una interpretación personal:

La inteligencia, el talento no se posee, se adquiere: hay escenarios que lo promocionan y otros que lo debilitan. El contexto moldea las aptitudes.
Hay contextos que crean dinámicas ascendentes y otros dinámicas descendentes: hay grupos en los que acabamos sintiendo que no podemos hacer nada, que los problemas no tienen solución y otros grupos que nos inspiran, nos seducen, nos movilizan. Participar de esos grupos y ser nosotros también el origen de esa dinámica ascendente crea contextos que favorecen el desarrollo del talento propio y ajeno.
Las dinámicas descendentes se caracterizan por destilar grandes dosis de estrés (verse superado por las dificultades y sentirse incapaz de dar respuesta a las demandas del ambiente) y sentimientos de indefensión aprendida (haga lo que haga, no puedo controlar lo que pasa).
Las aptitudes no son nada si no van acompañadas de creer que eres capaz de hacer algo con ellas, por el contrario, si no crees que eres capaz, nunca las desarrollarás. El sentimiento de autoeficacia es clave para el desarrollo del talento y nos permite superar el estrés y la indefensión aprendida.
Una estrategia concreta para desarrollar sentimientos de autoeficacia es trabajar por proyectos: si un niño se pone a dibujar, pregúntale antes qué quiere dibujar, saber lo que quiere le permitirá centrar su atención, dirigir su conducta y evaluar el resultado. Si esto vale para los niños, igualmente vale para los adultos.
La felicidad es la armonía entre tres elementos: pasarlo bien + obtener reconocimiento social a través de la vinculación con los demás + sentimientos de que se está progresando. Cuando un niño corre a decirle a sus padres “mira lo que hago”, en realidad está diciendo “oye, fíjate lo que acabo de conseguir (progreso) y dime si le he hecho bien (reconocimiento)”.
La conclusión sería algo así como que si queremos crear ambientes de desarrollo social, cultural, empresarial, etc. y con ellos “cambiar el mundo” es fundamental crear escenarios que fomenten la felicidad (diversión, reconocimiento y progreso), que faciliten el desarrollo de las aptitudes y que fomenten los sentimientos de autoeficacia. La inteligencia no es, al fin y al cabo, una característica individual sino que cobra sentido en el desarrollo de la inteligencia colectiva.

José Antonio Marina finalizó su charla citando el epitafio que Max Aub escribió para sí mismo: “hice lo que pude” destacando la importancia del compromiso para el cambio, y en un tono menos formal contó la metáfora de los tres canteros resaltando la importancia de las actitudes ante dicho cambio.

Metáfora de los tres canteros:

Hace ya muchos años se estaba construyendo una catedral. Un hombre, siguiendo la costumbre más perpetuada en este país, se pasó por las obras para ver cómo otros trabajaban. Y allí se encontró con tres maestros canteros que, cincel en mano, estaban trabajando la piedra para construir el templo.
Se acercó al primero y le preguntó qué es lo que estaba haciendo. La respuesta fue contundente y malhumorada:
– Pues es bastante evidente, ¿no? Aquí picando esta piedra con la solana que hace… y con la sed que yo tengo. ¡Y lo que me queda aún! Por no hablar de lo que me fastidia el capataz por aquí de paseo, sin dar un palo al agua. A mí también me gustaría ser capataz…
Al acercarse al segundo cantero, esto fue lo que le dijo sin apenas mirarle a la cara:
– Pues aquí ando haciendo lo que me han mandado. Tengo mujer y cuatro hijos, ¿sabe?, así que toca obedecer para poder llevar el pan a casa.
Al acercarse al tercero, comprobó que éste trabajaba con un entusiasmo inusitado. Al hacerle la misma pregunta que a los dos anteriores, éste le respondió con satisfacción y orgullo:
– ¿Que qué estoy haciendo? Acaso no lo ve caballero: UNA CATEDRAL.

Y tú, ¿qué cantero eres? ¿El que se queja de la situación que tiene pero no hace nada para cambiarla, el que se resigna aunque no sea la tarea que le guste desempeñar o bien el que ve con claridad que forma parte de un proyecto más grande que su pequeño ombligo?

En fin, estas son algunas de las ideas poderosas con las que me he quedado, seguro que muchas otras no alcancé a verlas o simplemente cayeron en el saco del olvido.

Os dejo el enlace al libro blanco sobre el emprendimiento escrito por José Antonio Marina.

 

 

Nota: Fotografía de la Catedral de Jaén, por Jose Manuel Ballester.

Comunicación: La estrategia del biquini (el arte de sugerir)

La comunicación es intercambio y en el intercambio se pueden producir encuentros, aunque también desencuentros; afinidades, aunque también contrastes; acuerdos, aunque también desacuerdos.

Expresarse bien es entregar adecuadamente lo que queremos compartir y se convierte en un arte: el arte de comunicar. Hacerse entender y que la otra persona esté dispuesta a escucharnos, además de escuchar y estar dispuesto a entenderla, es una actitud muy poderosa que nos ayuda a mejorar nuestra influencia, nuestro carisma y nuestra reputación.

Para mí, el arte de comunicar es el arte de sugerir, de evocar imágenes, de traer a la mente de quien tengo enfrente recuerdos, ideas, experiencias.

Hoy leyendo un post de un blog que nada tiene que ver con lo que estoy escribiendo, ha aparecido ante mí una imagen muy sugerente en forma de metáfora, el autor del blog terminaba escribiendo “No olvidar el efecto biquini: menos es más”. “Menos es más” fue el lema del arquitecto y diseñador industrial Ludwig Mies van der Rohe, que con su trabajo ha influido notablemente en la arquitectura contemporánea y, cómo no, en muchas personas dedicadas al arte, al diseño, a la publicidad y también a la comunicación. Aunque yo me quedo, de esa frase, con la metáfora del biquini, que ha evocado en mi una serie de imágenes que relacionadas con la comunicación me han hecho visualizar de manera muy clara algunos aspectos clave de la forma en que interaccionamos con los demás.

El biquini es una prenda de baño femenina compuesta por un sujetador y una braguita ceñida que proporciona a quien la viste frescor, comodidad, mayor contacto del cuerpo con el agua y mayor extensión en el bronceado de la piel. También puede convertirse en una prenda de vestir para la seducción.

Una comunicación eficaz podría esquematizarse como una línea en la que en un extremo estaría lo evidente y en el extremo opuesto lo poco estimulante, siendo la parte central de esa línea lo sugerente. Lo evidente aburre porque no aporta nada nuevo, lo poco estimulante también aburre porque no emociona, lo sugerente activa, despierta el interés y demanda más información; emociona y activa la curiosidad.

Siguiendo con la metáfora del biquini, a más biquini, menos cuerpo; resultado: el biquini deja de cumplir su función, es menos estético, poco estilizado y nada sugerente. A menos biquini, más cuerpo; resultado: lo demasiado evidente puede captar al principio la atención aunque rápidamente decae el interés, abruma e incomoda.

Tanto en la comunicación cara a cara como cuando hablan en público, hay personas que son parcas en palabras, no describen, no cuentan, se limitan a aportar fríos datos y argumentan sin emoción. Resultado: rápidamente dejan de ser escuchados porque no entusiasman, no sugieren, no emocionan (demasiado biquini). Otras, sin embargo, tratan de explicar todos los detalles, se desvían del objetivo para centrarse en lo anecdótico, utilizan grandes fuegos de artificio para presentar sus argumentos, se extienden en sus intervenciones, lo enseñan todo. Resultado: aburren porque agotan, consiguen que el interlocutor desconecte porque todo es esperable y finalmente obtienen como resultado que les dejen de escuchar (demasiado poco biquini).

El arte de comunicar es el arte de sugerir y sugerir es crear imágenes poderosas, ideas estimulantes, recuerdos y vivencias emocionantes, propuestas seductoras.

El lema de Ludwig Mies van der Rohe era “menos es más” sin embargo también podemos afirmar que “más es menos”.

La próxima vez que tengas algo importante que comunicar, ¿qué clase de biquini utilizarás?…

Hablar en público: Conversaciones que crean conversaciones

…“Los eventos son excusas para hablarse”, me comentaba Alejandro a la vuelta de una de sus largas estancias en Nueva York. …Y es cierto, recuerdo algunos congresos y encuentros académicos o profesionales. Estos eventos, a pesar de que la mayoría de los ponentes solían ser poco inspiradores, demasiado evidentes y cansadamente aburridos, generaban contextos con nuevas personas donde hablarse y con-versar y donde a veces conectabas y aprendías más entre pasillos que en la sala de ponencias.

Sin embargo, en contadas ocasiones tenías la suerte de descubrir algún ponente que conseguía la hazaña de mantenerte absorto durante su exposición, de conectar realmente contigo, de provocarte o de inspirarte como lo hacen los buenos libros. Y todo esto sin mayores artefactos que la tecnología punta de su voz y un arsenal de ideas poderosas y palabras bien elegidas.

Esa es la sensación que tuve cuando escuché por primera vez y por casualidad una “TED talk”. Se tratan de pequeñas charlas sobre temas muy variados (ciencias, arte y diseño, política, educación, cultura, negocios, tecnología, entretenimiento,…) No todas me han interesado y embelesado de la misma manera, algunas incluso no acabé de verlas, sin embargo no dejo de encontrar cada cierto tiempo un nuevo charla TED que me vuelve a sorprender por sus planteamientos y/o por la manera en que el conferenciante representa su pequeña “obra” en el escenario.

Os dejo una selección de los muchos y muy buenos discursos que se encuentran en la web de TED. Por supuesto este listado no es nada casual ni imparcial y lleva el sesgo de mis gustos e intereses. Casi todos duran entre 17-18 minutos, aunque hay algunos de 20 y otros de 5. Cada uno de ellos está ejecutado de una manera diferente: algunos de los ponentes gesticulan mucho, otros poco, algunos parecen muy atrevidos, otros parecen los alumnos tímidos y solitarios que se sentaban solos al fondo de la clase, unos hablan pausado, a otros es un poco más complicado seguirles, algunos utilizan apoyos visuales, otros cuentan tan solo con su voz variopinta y su cuerpo no muy atlético, casi todos hablan sin papeles, otros por el contrario leen…

Sin embargo, todos tienes el poder de atraer tu atención y engancharte en su discurso, todos ellos hablan a grandes auditorios pero parecen que estuvieran hablándole a cada uno de nosotros porque lo que construyen engancha con tu experiencia, o con tus problemas, o con tus ideas o con tu vida cotidiana. Ninguno de ellos cuenta con un gran artificio más allá de su presencia, su voz y en algunos casos unas pocas imágenes sugerentes, sin embargo, sin ser en absoluto efectistas son tremendamente efectivos. Cada ponente habla, se mueve, mira, gesticula,… ejecuta su discurso de una manera diferente -algunos de ellos incluso hacen lo contrario de lo que dicen los manuales sobre el arte de hablar en público- pero todos consiguen conectar con su audiencia, porque todos parecen hacerlo desde la verdad y de una manera apasionada, y porque han encontrado su forma de comunicar sin renunciar a ellos mismos, a su manera de ser y a su forma única y peculiar de estar ante otras personas.

Sin duda alguna, estas charlas no te dejarán indiferente por lo que trasmiten, todos guardan una preciosa colección de ideas poderosas, y además son buenos modelos de cómo hablar en público desde los que aprender y mejorar tu forma de organizar tus charlas y realizar tus exposiciones. Disfruta y “juega” con ellos y analiza su estructura, la manera en que comienzan y terminan, cómo incluyen cada cierto tiempo anécdotas personales, como cuentan historias, como organizan sus ideas, como juegan con las pausas, con el ritmo,…

Todos ellos son en inglés pero puedes seleccionar subtítulos en español y otros muchos idiomas (por cierto, algunos de ellos pueden ser recursos fantásticos para practicar tu listening).

Algunos de mis favoritos “TED talks”
Ken Robinson dice que las escuelas matan la creatividad. Sir Ken Robinson plantea de manera entretenida y conmovedora la necesidad de crear un sistema educativo que nutra (en vez de socavar) la creatividad.
Sir Ken Robinson: ¡A iniciar la revolución del aprendizaje! Continuando con su legendaria charla sobre la crreatividad, Sir Ken Robinson plantea un cambio radical, para pasar de escuelas estandarizadas al aprendizaje personalizado ————– creando las condiciones para que pueda florecer el talento natural de los niños.
Jon Ronson: Respuestas insólitas al test del psicópata. ¿Existe una clara línea que separa la locura de la cordura? Con una entrega que pone los pelos de punta, Jon Ronson, autor de ‘¿Es usted un psicópata?’ arroja luz a las zonas grises entre los dos polos.
Dan Pink en la sorprendente ciencia de la motivación. El analista laboral Dan Pink examina el problema de la motivación, empezando con un hecho que los sociólogos conocen pero no así la mayoría de los gerentes : Los métodos tradicionales de recompensas no siempre son tan efectivos como pensamos.
David Kelley: ¿cómo construir tu confianza creativa? ¿Tu escuela o trabajo se divide en personas “creativas” y personas prácticas? Seguro, pero David Kelley sugiere que la creatividad no es dominio exclusivo de unos pocos elegidos. Mediante historias de su legendaria carrera de diseño y de su propia vida, ofrece maneras de construir la confianza para crear.
Dave Meslin: el antídoto contra la apatía. La política local -las escuelas, la zonificación, las elecciones del consejo- afectan el lugar donde vivimos. Entonces ¿por qué no hay más personas que se involucren? ¿Es apatía? Dave Meslin dice que no. Él identifica siete barreras que nos impiden participar en nuestras comunidades, incluso si es algo que realmente nos importa.
Brene Brown: el poder de la vulnerabilidad. Brene Brown estudia la conexión humana, nuestra capacidad de empatía, de pertenencia, de amar. En una charla conmovedora y divertida en TEDxHouston, comparte una visión profunda de su investigación, que la llevó en una misión personal a conocerse a sí misma, así como a comprender a la Humanidad.
Sherry Turkle: ¿Conectados pero solos?. A medida que esperamos más de la tecnología, ¿esperamos menos de los demás? Sherry Turkle estudia la manera en que nuestros dispositivos y las personas conectadas en línea están redefiniendo la comunicación y las conexiones humanas; y nos pide que pensemos seriamente en los nuevos tipos de conexiones que deseamos tener.
Isabel Allende cuenta historias de pasión. La autora y activista Isabel Allende habla de mujeres, creatividad, la definición de feminismo, y por supuesto, de pasión.
Simon Sinek: Cómo los grandes líderes inspiran la acción. Simon Sinek tiene un modelo simple pero poderoso de liderazgo inspirador; todo se basa en un círculo de oro y la pregunta ‘¿por qué?’ Sus ejemplos incluyen a Apple, Martin Luther King y los hermanos Wright.
Barry Schwartz sobre la paradoja de elegir. El psicólogo Barry Schwartz apunta hacia un principio central de las sociedades occidentales: la libertad de elección. Según la estimación de Schwartz, elegir no nos ha hecho más libres sino más paralizados, no más felices sino más insatisfechos.
Barry Schartz y nuestra pérdida de sabiduría. Barry Schwartz hace un llamado vehemente a la ‘sabiduría práctica’ como antídoto para una sociedad que ha enloquecido a causa de la burocracia. Argumenta de manera impactante que la reglas generalmente nos fallan, los incentivos son contraproducentes y la sabiduría practica y de todos los días nos ayudará a reconstruir nuestro mundo.
Ben Dunlap habla acerca de una vida apasionada. Ben Dunlap, presidente de Wofford College, cuenta la historia de Sandor Teszler, un húngaro sobreviente del Holocausto, quien le enseñó acerca de vivir apasionadamente y aprendiendo continuamente.
Discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford. No es en realidad de una de las charlas TED, sin embargo la han incluido en su web. Se trata de un poderoso discurso, muy conocido y visto por millones de personas a escala global, en el que el fundador de Appel cuenta tres historias personales que no te dejarán indiferente.

Hay otros muchos discursos que tengo entre mis favoritos tan buenos como estos, pero entonces la lista sería demasiado larga. Valgan estos como muestra. Descubre tú mismo otros nuevos.
Espero que los disfrutes, que te sean de utilidad y sobre todo que pases unos minutos entretenidos viéndolos y que puedan ser, como aquella tarde me decía mi primo Alejandro, una buena excusa para compartir y hablarse.

Hablar en público: Cuando te empujan a la piscina

¿Qué pasaría si empujásemos a un niño que no sabe nadar a una piscina? Lo más seguro es que acabara ahogándose, aunque el propio instinto de supervivencia (la vida le va en ello) le llevaría a realizar todos los esfuerzos por salir de allí. Por supuesto, la ayuda de algún adulto para sacarlo de la piscina sería todo un detalle por su parte aunque si volviera a empujarlo una y otra vez y no se pusiera manos a la obra de enseñarlo a nadar, la probabilidad de que ese niño acabara odiando el agua sería bastante alta y, seguramente, si finalmente acabara aprendiendo a nadar, su ejecución sería bastante deficiente.
¿Qué pasaría entonces si “empujásemos” a un niño al que nadie le enseñó a hablar en público a la pizarra para que exponga un trabajo, resuelva un problema o responda a una pregunta? Seguramente también se ‘ahogaría’, aunque como la vida no le va en ello, probablemente en el futuro evitaría cualquier situación parecida. Por supuesto, la ayuda de algún adulto para salir del aprieto sería todo un detalle por su parte aunque si volviera a empujarlo una y otra vez y no se pusiera manos a la obra de enseñarlo a hablar en público, la probabilidad de que ese niño acabara odiando “la pizarra” sería bastante alta y, seguramente, si finalmente acabara teniendo que hablar en público su ejecución sería bastante deficiente.

Cuando enseñamos a un niño a leer dedicamos una gran cantidad de esfuerzo y energía en el proceso hasta que poco a poco, es capaz de hacer una lectura fluida y comprensiva. Ese proceso requiere atención, seguimiento, ayuda y práctica, mucha práctica. Ningún esfuerzo parecido se hace para que un niño aprenda a hablar en público, probablemente porque pensamos que como ya sabe hablar, hacerlo en público no requiere de ninguna técnica complementaria. Pero ese es el error.

Hablar en público es una técnica, y como tal debe aprenderse. Igual que enseñamos a los niños a dibujar y a expresarse a través del dibujo o a redactar y a contar historias por escrito, deberíamos enseñarlos a expresar sus ideas ante un auditorio. Algunos llegarán a hacerlo tan bien que podrán convertir la técnica en un arte, lo mismo que algunos redactan o dibujan tan bien que acaban convirtiéndose en escritores o pintores de éxito, pero a nadie se le ocurriría dejar de enseñar a dibujar o redactar a un niño porque no tiene madera de artista. ¿Por qué renunciamos a enseñar, entonces, a los niños a hablar en público?

La habilidad de hablar en público es una competencia necesaria para el desempeño de muchas ocupaciones: docentes, comerciales, directivos y mandos intermedios, psicólogos, trabajadores sociales, educadores, monitores, etc. necesitan de esta habilidad y, sin embargo, en muy pocos lugares se enseña. Probablemente por ese motivo, hablar en público genere grandes dosis de ansiedad y miedo entre la mayor parte de las personas a las que se les presenta la oportunidad viendo este escenario como un desafío difícil de afrontar.

Cuando propones a alguien que exponga algo en público la respuesta habitual suele ser “me da miedo”, aunque probablemente la respuesta correcta sería “no sé cómo hacerlo”, y es que nos escudamos en el miedo para no hacerlo cuando el verdadero motivo es la falta de habilidad.
La ansiedad, el miedo, son emociones adaptativas que se activan cuando nos enfrentamos a situaciones que requieren por parte de la persona ciertos niveles de alerta. Hablar en público supone por nuestra parte descubrirnos ante los demás, mostrarnos tal y como somos y por tanto, puede ocasionar cierta dosis de ansiedad, pero es una ansiedad necesaria y fundamental para movilizar los recursos necesarios para hacerlo bien, ¡ah!, ¿pero si no sabemos cómo se hace?, ¿podremos hacerlo bien?…

Aprender a hablar en público es un reto y un desafío del sistema educativo en cualquiera de sus niveles (escuela, instituto, formación profesional, universidad), es una forma de comunicación a la que no se presta atención y de la que el éxito de muchos profesionales depende.
Nuestra experiencia nos dice que aprender la técnica de hablar en público no sólo mejora la ejecución de quienes tienen que hablar ante un auditorio sino que, además, reduce sus niveles de sufrimiento llegando incluso, en muchos casos, a considerarse como una fuente de satisfacción.

“Érase una vez una niña que aprendió a hablar y a través de las palabras comenzó a entender el mundo que le rodeaba. La niña creció y aprendió a leer, y a través de las palabras comenzó a descubrir otras realidades más allá del mundo que le rodeaba. La niña creció un poco más y aprendió a hablar en público, y a través de las palabras pudo compartir con los demás todo lo que había aprendido… y colorín colorado, este cuento todavía no ha comenzado”

Docencia de la Formación Profesional para el Empleo

Calvillo Mazarro, M y Hueso López, J.L. (2012). Fortalezas Editorial.

 

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La formación de formadores es una pieza clave para la mejora de la calidad de cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje. Contar con docentes bien cualificados, comprometidos con la tarea de enseñar y preocupados por el aprendizaje efectivo de las personas es una misión que cualquier sistema educativo debería promocionar e incentivar dado que los resultados en el aprendizaje están directamente vinculados a la acción docente del profesorado.

La mayoría de nosotros recordamos aquel maestro que nos hizo disfrutar con una asignatura por su forma de impartirla o aquella profesora que convirtió una materia aparentemente inútil o poco atractiva en toda una experiencia de aprendizaje. Su proceder didáctico puede servirte ahora de inspiración para imitar aquello que tanto te gustó.

Por desgracia, nuestra experiencia como estudiantes también nos ha proporcionado ciertas dosis de sufrimiento al tener que soportar clases profundamente aburridas en las que no encontrábamos la utilidad de lo que nuestros maestros y profesores pretendían que aprendiéramos. Estas experiencias también pueden servirte ahora para no reproducir aquellos métodos de enseñanza que tan poco impacto ejercieron en tu aprendizaje.

La capacitación docente de formadores es, por tanto, una herramienta clave para potenciar el efecto positivo que la formación puede llegar a proporcionar en cualquier persona y esa es la finalidad de este libro.

La Formación Profesional para el Empleo es un sistema de formación cuya finalidad es cualificar profesionalmente a las personas. En este contexto, el docente se convierte en una pieza clave, que junto al grupo de aprendizaje, a los recursos y a los contenidos mismos de la acción formativa, permiten la adquisición, desarrollo y/o perfeccionamiento adecuados de las competencias asociadas a una cualificación profesional.

El libro “Docencia de la formación profesional para el empleo” pone en tus manos una serie de instrumentos, herramientas, ideas, reflexiones y sugerencias relacionadas con cada una de las competencias que un docente debería poseer. Este libro sigue las directrices que establece la cualificación profesional de docencia de la formación profesional para el empleo publicadas en el Real Decreto 1096/2011, de 22 de julio, donde se establece la cualificación de docencia de la formación para el empleo y desarrolladas en el Certificado de Profesionalidad asociado, publicado en el Real Decreto 1697/2011, de 18 de noviembre