Formación y desarrollo personal, estamos errando el disparo

El jueves pasado Juan Luis Hueso y yo nos llevamos a nuestra criatura, Ideas Poderosas, a los previos del Foro de Emprendedores Lince 2015, que se celebrará el día 2 de diciembre.

Se organizaron esa mañana en IFEJA 5 mesas sectoriales diferentes (TIC, servicos, agroalimentario y comercio) y en cada una de ellas diferentes personas presentaban su propuesta o algún aspecto de su empresa que quisieran dar a conocer ante representantes de entidades como la Asociación Cultural de Empresarios y Profesionales PROA, la Universidad de Jaén, Caixa Bank o Caja Rural de Jaén -entre otras-. Todo ello con un formato ágil y dinámico: 5 minutos para presentar tu propuesta y 5 minutos para recibir preguntas.

Fue una buena experiencia, tuvimos la oportunidad de conocer buenas ideas bien presentadas (de manera excelente algunas de ellas) por las personas que allí estuvieron. Disfrutamos y aprendimos.

Tras presentar nuestra idea y lanzar una propuesta final, nos preguntaron algo así: “después de vuestras acciones de formación, ¿qué hacéis para que el subidón de ánimo con el que salen los participantes se extienda en el tiempo y tenga efecto de vuelta a la vida y el trabajo cotidiano?” Fue una muy buena pregunta. Sin duda ésta es una de las claves de la formación enfocada al desarrollo personal y la consultoría. Más allá de todos los retos que esta pregunta plantea y de las posibles respuestas (respuestas que tienen que ver entre otras cosas con el enfoque ante el cambio, con un análisis funcional contextual e ideográfico de la situación que se desea cambiar, con los valores de la empresa -o sea de las personas en ella-, con el relato que sobre dichos problemas tienen las personas implicadas, con el uso de una metodología de aprendizaje experiencial basada en evidencias o con el uso planificado de las estrategias de trasferencia adecuadas, etc.), como decía, más allá de lo apasionante que nos resulta reflexionar sobre estas cuestiones, la pregunta nos encantó.

Nos encantó porque es reflejo y resultado de lo que paso a paso, sesión a sesión, post a post, se está consiguiendo desde el trabajo de una gran número de consultores, formadores, psicólogos, coachs y neurothings: todas estas cosas consisten principalmente en generar ese “subidón”. Creemos que se empieza a recoger lo que se ha sembrado desde los fuegos de artificio, el buenismo y el positivismo sin piedad tan injustificado como jaleado desde una psicología y disciplinas afines -bajo nuestro punto de vista- mal entendidas.

La formación, el desarrollo personal, la consultoría o la psicología son algo mucho más serio que tiene que ver con los principios del aprendizaje y análisis del comportamiento de las personas y de éstas en las organizaciones. Así, no tendría sentido darle entidad propia a la psicología positiva (¿donde está la negativa?), tiene sentido la psicología sería y bien hecha. Tampoco hemos descubierto nada diferencial o genuino y propio del coaching que aporte algo diferente a lo que ya se dice y se hace desde la psicología. Y así podríamos repasar otras “modas” de este tiempo excesivamente (mal) psicologizado.

No, no pensamos que la clave de la formación o el aprendizaje sea provocar ese “subidón” de autoestima, autoconfianza, automotivación (por nombrar sólo algunos de los componentes del parque móvil de la psicología). No es ese nuestro objetivo en las acciones que llevamos a cabo. Necesitamos la experiencia real, es decir también necesitamos la frustración, la vergüenza, el miedo, la derrota, los errores o exponernos a las propias limitaciones; y necesitamos tener muy claro nuestros motivos y nuestros valores y comprometernos seriamente con ellos. Es en el compromiso y el trayecto con esos valores donde se puede encontrar el sentido y la satisfacción personal/laboral de cualquier proceso de aprendizaje, y no en un optimismo infantil exacerbado ni en la tiranía de la felicidad como objetivo.

Estamos errando el disparo porque hemos equivocado el objetivo.

Apuntes sobre un nuevo proceso de consultoría relacional

«Váyanse a descansar un rato y después vengan y me sacan de aquí.

Mañana comenzamos junto con Aula Integral de Formación un nuevo proceso de formación y consultoría relacional con Hornipan Rangel, una empresa panificadora con sede en Bailén (Jaén) que, con un equipo de 45 personas, amasa diariamente 14 toneladas de harina y lleva su pan desde Barcelona hasta Algeciras. Detrás de Hornipán Rangel hay una historia (o mejor muchas historias) apasionante, una historia de mucho insomnio desesperado pero a la vez creativo, de mucho trabajo, de innovación y de pequeñas y grandes conquistas, pero también una historia llena de derrotas memorables, de las que le hacen a uno mismo y a sus proyectos crecer y desarrollar autenticidad y un carácter propio.

Como siempre hacemos, antes de comenzar con el diseño de la acción formativa mantuvimos una entrevista con el gerente de la empresa, Alfonso Rangel. Se trataba de conocer las instalaciones y el proceso de trabajo in situ, conocer los valores que van en el adn de la historia de la empresa y que Alfonso quiere que corran por las venas y las relaciones de sus trabajadores/as, conocer la manera que tiene de comunicar y comunicarse con/entre ellos/as, acercarnos desde sus zapatos al tipo de conflictos y problemas que se dan entre ellos y las emociones que estas situaciones despiertan en él y en todo el equipo. En definitiva se trataba de hacer un análisis funcional de las relaciones y las situaciones “conflictivas” que en ocasiones suceden y de las interpretaciones que él hace acerca de porqué ocurren las mismas.

Según observamos en nuestra visita y según nos contó en la entrevista no es una empresa con frecuentes o intensos problemas entre sus trabajadores, ni tampoco interfieren estas relaciones de manera significativa y sistemática en el rendimiento ni la producción; tampoco está pasando por momentos de pérdidas o reducción de beneficios, más bien al contrario. Sin embargo, Alfonso de alguna manera quiere hacerles pensar sobre el ambiente emocional en el que trabajan, sobre “la confianza y la humildad en el trabajo” (son palabras suyas), sobre la cercanía, la cooperación y la empatía que existe entre ellos y cómo estos aspectos les puede afectar no sólo a su rendimiento, sino también a su manera de trabajar “a gusto” y de sentirse satisfechos de su trabajo y del equipo al que pertenecen.

Ya tenemos todo listo, mañana en las geniales instalaciones del Parque Científico y Tecnológico GEOLIT comenzamos con la primera de las tres sesiones de consultoría relacional que tendremos con la plantilla de trabajadores de la empresa con el fin de generar una experiencia compartida alejada del contexto laboral habitual. Pocas explicaciones y muchas conversaciones a partir de diversas actividades que provoquen lo mejor y lo peor de cada uno de ellos y que nos permitirán establecer equivalencias con las situaciones y comportamientos que ocurren de manera natural en su trabajo.

El cercano 16 de noviembre hará 30 años que Omayra Sánchez Garzón, una niña de 13, moría víctima del volcán Nevado después de tres días atrapada en el lodo y los restos de su propia casa. Tras horas de trabajo de los bomberos y especialista que trataban de ayudarla a salir, la niña aún atrapada les dijo: “Váyanse a descansar un rato y después vengan y me sacan de aquí”.
Pocos ejemplos de humildad y confianza más profundos que este me vienen ahora a la cabeza. Por eso la recordaremos mañana y le contaremos su historia al grupo, la mayoría de ellos tal vez nunca hayan oído hablar de Omayra, muchos de ellos no habían nacido aún. Creemos que será positivo llenar de contenido y referentes reales palabras como humildad y confianza, e imaginar cómo sería trabajar (o vivir) si fuésemos capaces de actuar de esa manera. Con humildad y confianza.

De la psicología clínica a la consultoría

Tras doce años trabajando full time como psicólogo clínico es difícil aterrizar en la formación y la consultoría dejando a un lado experiencias, aprendizajes y perspectivas de ese tiempo. En ideas poderosas sabemos que este recorrido es una de las cosas que nos hace darle un matiz diferente a nuestra manera de diseñar nuestras acciones, de trabajar y de relacionarnos con nuestros clientes.
Conforme vamos completando proyectos nos vamos haciendo más conscientes de estas conexiones entre la clínica y la consultoría y la formación, conexiones que están más en los métodos y los conceptos que en los contenidos y los objetivos del ejercicio de la psicoterapia con nuestro trabajo actual. A lo largo de este tiempo hemos ido recogiendo -y así seguimos- estas equivalencias, esas maneras de hacer enraizadas en nuestros personajes de psicólogos clínicos que suelen aparecer de manera espontánea en nuestro trabajo actual, e intentamos sistematizarlas e integrarlas en una manera de trabajar más estratégica e intencionada dentro de nuestro papel como consultores y docentes.

Llegados a este punto, y como manera de ayudarme a organizar estas ideas, me propongo reflexionar en voz alta en una serie de post sobre estas conexiones. Se trata de hablar sobre determinados conceptos y prácticas propias de la psicología clínica en general y de algunas terapias en particular y de hacer una lectura de las mismas aplicada al ejercicio de la docencia y la consultoría Como esencialmente será un ejercicio de reflexión personal creo que no seguirán los post una línea lógica ni organizada, se parecerá más bien a un cuaderno de viaje lleno de apuntes y dibujos rápidos, con muchas ideas a vuela pluma que pueden desaparecer y volver a aparecer en distintos momentos.

Tomando posiciones

Ejercer la psicología desde una perspectiva u otra implica posicionarse y elegir una manera determinada de entender y estudiar el comportamiento, la mente, la salud mental, la (a)normalidad,… Desde ese campo de referencia analizamos y tratamos con la realidad con la que tendremos que tratar como profesionales. Nunca me ha parecido serio o una virtud ni la indefinición ni el eclecticismo conceptual dentro de la práctica de la psicología a la hora de situarse en un marco teórico desde el que trabajar.

Personalmente, el escenario desde el que siempre he trabajado y estudiado nuevas formas de hacer las cosas tanto en educación como en psicoterapia ha sido el conductismo, más en concreto el interconductismo y el conductismo radical de, entre otros, JR Kantor y BF Skinner y toda la carga de estudios básicos y aplicados sobre el aprendizaje y el comportamiento humano que esta “escuela” atesora . Comentaremos por tanto desde mi punto de vista y experiencia las conexiones aplicadas entre la consultoría y este cuerpo teórico/práctico y todo lo que ha surgido a partir de él: los principios básicos del aprendizaje, la modificación de conducta, el análisis funcional de la conducta, la teoría de marcos relacionales, el análisis funcional de la conducta verbal, las relaciones de equivalencia, las psicoterapias basadas en la función del lenguaje o terapias de tercera generación -como son la terapia de aceptación y compromiso de Hayes o la psicoterapia analítico funcional de Kohlemberg y Tsai-, etc.
Poco a poco iremos pensando en voz alta para poner en orden ideas y anotaciones, y lo compartiremos desde este blog. No hay otra intención. Veremos en qué queda todo esto.

Consultoría y formación: retos y oportunidades

Seducir sin vender humo, diseñar desde las no-certezas, radicalizar la empatía, completar desde la simplicidad, aulas como laboratorios, aprender desde lo imprevisto y nunca dejar de observar. Cada nuevo curso, taller, experiencia formativa o de consultoría supone para nosotros un reto y una oportunidad.

EL RETO
En gran parte el reto tiene que ver con seducir sin vender humo, con conseguir que nuestros alumnos y clientes comiencen y terminen no sólo con ilusión, con buenas expectativas y con la sensación de haber participado en una experiencia divertida, sino también que hayan conseguido un aprendizaje práctico y útil que suponga un cambio real en su manera de trabajar y/o de conocerse y convivir con ellos mismo y con los demás.
En Ideas Poderosas nos gusta pensar que cada participante después de nuestros cursos, talleres o experiencias siempre se llevan algo nuevo en sus manos, en su cabeza y en su corazón. Para ello el planteamiento y diseño de cualquiera de nuestras actividades tiene siempre su inicio más en las dudas que en las certezas. En cada una de las acciones que diseñamos partimos de esta pregunta: ¿qué tiene que hacer (y este hacer tiene que ver tanto con eventos públicoscomo privados, es decir habilidades, actitudes, emociones, conceptos,…) o hacer de manera diferente una vez que termine su experiencia con nosotros? Sin renunciar a el valor de lo subjetivo y losconocimientos tácitos, siempre intentamos responder a esta pregunta de manera concreta,operativa y refiriéndonos a resultados observables.
El planteamiento serio de esta cuestión es ante todo un ejercicio radical de empatía, un ejercicio de infidelidad, de desconectar de los valores, creenciasy experiencias propias para conectar con las de nuestros alumnos y clientes. Esto implica conocer lo mejor posible a las personas y las organizaciónes en las que trabajan, sus funciones en ella y el contexto en el que tendrán que aplicar los nuevos aprendizajes, conocer qué nuevas habilidades necesitan y para qué, de qué manera las podrán aplicar o cómo los nuevos aprendizajes mejorarán su satisfacción personal con su propio trabajo. En este juego de empatía, el marco relacional que forman las emociones-relaciones-valores será clave para responder con éxito todas estas preguntas.

LA OPORTUNIDAD
Cada curso, cada proyecto de consultoría, cada experiencia formativa supone para nosotros una oportunidad para disfrutar de lo que nos gusta hacer, para andar en los zapatos de nuestros alumnos, para aprender y poner a prueba nuestro trabajo.
En este sentido nos gusta plantear nuestros talleres y cursos como laboratorios, espacios en los que no sólo los participantes pueden poner a prueba en un contexto de seguridad nuevas habilidades, sino donde nosotros podemos ensayar nuevas actividades y testearlas para desechar unas e integrar otras en nuestros procesos de trabajo. Intentamos de esta manera dejar espacio a la serendipia y el aprendizaje de lo imprevisto y observar lo que ocurre en nuestras sesiones de trabajo, lo que hablan nuestros alumnos y clientes, sus éxitos y sus bloqueos mientras están poniéndose a prueba a ellos mismos y a nuestras propuestas.
Esto hace que cada acción sea una experiencia radicalmente diferente y que el diseño de cada taller vaya evolucionando, depurandose y enriqueciéndose desde la simplicidad gracias a estas pruebas y a la gran información que, aún sin saberlo muchas veces, nuestros alumnos y clientes nos dan. De esta manera talleres como el de storytelling o encuentra tu voz van creciendo y ganando en capacidad de adaptación y aplicación con distintos colectivos, propósitos y contextos.

Para Ideas Poderosas el primer semestre de 2015 ha estado llenos de retos y oportunidades, pero sobretodo de personas con la inquietud de mejorar su trabajo y cambiar su realidad más inmediata que es la mejor manera, si no la única, de avanzar y cambiar el mundo.

 


 

(Gracias a la UNIA, Jaén Acoge, al Aula Integral de Formación, a Andalucía Emprende y los CADE de Arjonilla-Pegalajar-Puente deGénave-Orcera, al Ayuntamiento de Torres, al Complejo Hospitalario Ciudad de Jaén, a la Escuela Arte Granada y Antares Consulting por los retos y las oportunidades que nos habéis ofrecido estos último meses).

Haciendo trampas en la UNIA

De cuando en cuando se llenan las redes, los programas de radio, los periódicos de buenas palabras y mejores intenciones proclamando la importancia de integrar a las personas mayores de manera activa en la sociedad, de darle el protagonismo que se merecen. Sin embargo, con más frecuencia de la deseable, ese protagonismo se traduce en ser participantes de talleres o de programas -algunos muy interesantes- de ocio, salud, calidad de vida, envejecimiento activo, turismo,… Aun siendo éstas acciones muy sugerentes y útiles, algunas de ellas incluso imprescindibles, se me antoja algo miope esta manera de entender a este grupo de tan singular “mayoría de edad”.

Se dice que los años vividos, la vida trabajada, los aciertos y los errores, las alegrías y las penas superadas, que la experiencia acumulada al fin y al cabo implica una sabiduría y unos conocimientos que merecerían ser compartidos y aprovechados por todos. Pero en pocas ocasiones se gestiona la educación, el emprendimiento o la participación social como si esto fuera algo más que simples palabras.

En muchos de nuestros talleres de Ideas Poderosas hemos conocido a mujeres y hombres mayores (lo que quiera que eso sea) con historias apasionantes que contar, con un ingenio asombroso, con unas habilidades vitales increíbles, con muchas ganas de aprender y de enseñar, con una gran inquietud y un gran compromiso social. Son personas que además de ser simples consumidores de talleres y programas sociales, de ocio salud, turismo,… deberían de ser más a menudo auténticos actores y actrices de la vida pública y ser ellos mismos los organizadores, profesoras, ideadores, movilizadoras de actividades para mujeres y hombres, padres y madres, trabajadores y trabajadoras, niños y niñas , personas emprendedoras,… Sin duda, todos ganaríamos mucho con ello.

Para nosotros esto es algo más que simple buenismo verbal, en Ideas Poderosas creemos de verdad en ello. Así que cuando nos planteamos participar en la “Aula de la Experiencia, una Universidad sin edad” de la Universidad Internacional de Andalucía pensamos en una propuesta un tanto arriesgada: confundirnos de lleno con ellos para conocerlos a fondo, para que rompan nuestros esquemas, para (re)conocer y (re)encontrar su voces y construir junto con ellos armas, habilidades, estrategias, que les permitan realmente ser actores y actuar y emprender en sus comunidades.

Ya lo decíamos más arriba, nos encanta trabajar en esta universidad sin edad con la UNIA, nos apasiona trabajar con personas que tienen tanto por contar. Así que no podíamos dejar pasar esta oportunidad y no nos ha quedado más remedio que hacer trampas: hemos organizado un curso que nos permita disfrutar mucho y aprender nosotros tanto o más que las personas que decidan acompañarnos en esta aventura.
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El curso se realizará los lunes y los miércoles en horario de tarde, entre el 27 de abril y el 27 de mayo en la sede de la UNIA de Baeza. El plan de contenidos de este curso es el siguiente.

Bloque 1: Encuentra tu voz (analiza tus talentos y tus valores)
Re-construyendo tus valores.
Re-descubriendo tus talentos.
La pasión y tú: Trabajando desde la verdad.
Bloque 2: Construye un escenario para generar (auto)confianza .
Aprendiendo a escuchar.
Aprendiendo a delegar.
Mirando con perspectiva.
Sincronizando con tu interlocutor.
Más allá del mensaje, comunicando desde las ideas.
Bloque 3: Prepárate para la acción.
Aceptando y actuando con las emociones.
Reconociendo valores y fijando metas.
Generando compromisos.
Aprendiendo a preguntar.
Aprendiendo a sugerir.
Avanzando desde el riesgo: el prototipo como unidad básica de acción.

¿Consultoría o neurología?

No es de extrañar que a través de Paz Fontanera Digital -y curadora imprescindible- llegase a un artículo en el blog Cumclaivis enriquecido con algún comentario de Isabel Enpalabras Iglesias. Son todos ellos lugares comunes que acostumbro visitar y en los que suelo disfrutar y aprender. Me gustó el cuadro que elegía Manel Muntada y la equivalencia que hacía a partir de él para hablar del excesivo cientificismo a la hora de analizar e intentar entender algunas realidades. Comencé a escribir un comentario a su entrada, sin embargo, habiéndose alargado demasiado mis notas, creo más oportuno compartirlas desde este blog. Conclusión: aprender a sintetizar es una de mis asignaturas pendientes.

Es cierto, como Isabel decía en su comentario, que la demasiada luz ciega y provoca nuevas sombras, es cierto que las maneras de aproximarse a la realidad basadas en una supuesta “objetividad”, en relaciones causa-efecto, en la lógica y la razón más aséptica y pura pueden ser en muchas ocasiones un lastre más que una ventaja. No creo sin embargo que “la culpa” de esto lo tenga ese pensamiento mecanicista o el método científico, ni que estas maneras de estudiar la realidad no sean adecuadas o sean contraproducentes en sí. El problema no estaría en esta filosofía ni en su metodología sino, en el (mal) uso que se hace de ellas.

Los beneficios y los avances que han supuesto para la humanidad la aplicación de esos principios en disciplinas como la física, la química o la medicina han sido y siguen siendo tremendos para terminar con enfermedades, exterminar miles de personas con una sola bomba, revolucionar el transporte y las comunicaciones o permitir la aparición de internet y todo lo que ello implica en nuestras vidas. El método científico, que intenta establecer relaciones causa efecto entre variables dependientes-independientes, intentando a la vez mantener controladas todas las posibles variables extrañas, supuso un paso de gigante para el avance de la humanidad y así seguirá siendo.

Los problemas con el exceso de luz y la ceguera que puediera provocar comienzan tal vez cuando se pretenden aplicar estos principios a realidades y campos de estudio que no son susceptibles de poder ser analizados desde esta óptica lineal y mecanicista. Entre éstos se encuentran los casos que de manera tan acertada apunta Manel en su post (comunicación, liderazgo, conocimiento,…) También aparecen incongruencias, problemas y hasta disparates cuando se dan saltos conceptuales y se pasa a utilizar los descubrimientos y avances realizados desde estudios de laboratorio en ambientes totalmente controlados para ofrecer explicaciones unidireccionales, simples y mecánicistas de hechos que están a un nivel de realidad distinto, mucho más mundano, y que requeriría por tanto un análisis más contextual e interactivo y menos mecánico y aséptico.

Creo que con más frecuencia de la deseada ocurre esto en algunas prácticas que se hacen desde la formación, el coaching o la consultoría, debido a la cercanía y puentes que algunos tienden entre éstas y otras disciplinas como la PNL y demás “neurocosas” (neuromárketing, neuroeconomía, neuroliderazgo, neuroeducación, neurocoaching ¿?,…).

Volvemos a la idea que de alguna manera ya señalaba Manel en su post y con la que estoy de acuerdo, creo que los consultores, formadores, entrenadores,… deberíamos de tener una forma de mirar centrada en la persona en su contexto, lo que supondría independizarse de ese afán en exceso cientificista. Esto implicaría tomar conciencia de la seriedad y complejidad de nuestro campo de trabajo como marco relacional complejo, lo que tal vez evitaría la venta de humo y de soluciones fáciles y rápidas apoyadas en no se sabe qué suerte de estudios científicos.

No se trata aquí de quitar importancia a los avances en disciplinas como la neurología ni a las personas que trabajan desde sus laboratorios, y menos aún a la utilidad del método científico, lo que se pretende decir es que sería mejor situar cada disciplina al nivel de realidad que le corresponde y por tanto con un objetivo y objetividad propia, un lenguaje diferente y con una manera de actuar, de mirar y de relatar distinta.

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Ideas Poderosas, historias desde la Resistencia.

Granada queda ya lejos, pero no deja de sorprenderme aquél afán por dejar que fuera la vida la que fuese haciendo el camino y no al revés. No dejo de pensar si aquello era razón o estrategia o tal vez pura excusa para hacer todo y no decidir nada, o simplemente una manera de estar donde tocaba estar.

Así comenzamos a inventarnos como psicólogos clínicos, a construir(nos) como psicoterapeutas, a golpe de conversaciones entre el Ruido Rosa y el Amador, así comenzamos a imaginar sin saberlo la clínica que un tiempo después sería el lugar que parimos y donde pudimos aprender y (com)prender lo que varios años de universidad y muchos profesorxs nunca nos dijeron.

Y esa fue nuestra casa, la psicoterapia, durante más de 12 años, allí aprendimos que la felicidad no es un buen objetivo si se quiere ser féliz y descubrimos algunas de las vidas más valiosas, heroicas y sorprendentes que hemos conocido, historias dolorosamente felices y tristes, victorias increíbles y derrotas tan memorables como imprescindibles,… Hoy aún seguimos unidos por un cordón umbilical a la práctica de la psicología clínica en nuestros gabinetes, pero las continuas llamadas desde centros de profesorado, ayuntamientos, ONG, empresas privadas, sindicatos o fundaciones para colaborar con ellos como docentes -especialmente de las áreas de la salud, la docencia, comunicación y organización de equipos de trabajo- volvieron a marcar el camino y poco a poco nos fuimos (auto)exiliando de la clínica y dedicando cada vez más nuestro tiempo a la formación y el desarrollo personal de profesionales. Eran tiempos en los que a un taller lo sucedía otro, en el que los cursos se encadenaban mañana y tarde, mientras la burbuja de la formación continuaba su ritmo.

Los años corrían y a pesar del buen hacer de la mayoría de alumnxs y docentes, toda aquella maquinaria envenenada de la formación subvencionada terminó atrapada por su propia estrategia, por su maquinaria pesada, por estar más diseñada para las justificaciones económicas que para las personas y por su alma muchas veces seca de valores.

Y de esta manera todo se detuvo de repente, era la historia de una muerte anunciada. Con la Formación Profesional para el Empleo -tal y como se había entendido hasta el momento- en la UCI, sólo profesionales muy (re)conocidos o consultoras y compañías de recursos humanos de cierta relevancia tendrían cartas que jugar en la nueva partida.

¿Ahora qué?, nos preguntamos. Volver a la clínica full time y dejar a un lado la formación suponía abandonar una de nuestras pasiones profesionales y personales, y no queríamos renunciar al oficio de aprender y enseñar en unos momentos tan apasionantes como éstos por todos los retos que los avances tecnológicos, culturales y metodológicos implican.

Así que decidimos que era el momento de resistir. De resistir no como una postura política ni como un ejercicio pasivo de apretar los dientes y aguantar la tormenta. Era el momento de resistir como una estrategia organizada, una estrategia con un diseño humano más que contable, centrado en las personas y en su manera de conversar, de experimentar, de emocionarse, de aprender,… Resistir como una forma de rebeldía a todo lo que habíamos visto estos 17 años como docentes y que no nos había gustado, resistir como una manera de poner nuestros valores por delante, resistir a la maquinaria de las subvenciones entendidas como forma de vida, resistir como una manera de asumir riesgos y a la vez de hacer lo que sabemos hacer bien, resistir como una manera de cambiar el mundo, de disfrutar con nuestro trabajo, y de no dejar de experimentar y de aprender.

Por todo ello en Ideas Poderosas tenemos el alma de partisanos y decimos que nos gusta crear historias desde la Resistencia.

Como ocurría con la Resistencia, desde Ideas Poderosas también hacemos “guerra de guerrilas”, nuestra organización es ágil, flexible, aparecemos y desaparecemos sin grandes despliegues, no tenemos que movilizar grandes y pesados recursos, ni humanos ni materiales. Nos basta una videocámara, un smartphone y una conexión a datos para revolucionar el corazón, las cabezas y las manos de las personas con las que trabajamos.

Al igual que pasaba con la Resistencia nuestro modo de mirar la realidad es un poco inconformista a la vez que positiva, porque confiamos en que las cosas se pueden ver, hacer y contar de otras maneras.

Como ocurría con la Resistencia, en Ideas Poderosas contamos con ciertas dosis de clandestinidad y la complicidad del pueblo, el apoyo de la gente y de sus espacios para movernos, para actuar, para hacer que pasen cosas, para sobrevivir y para cambiar con ellos la realidad que no nos gusta.

Tal y como pasaba con la Resistencia, para Ideas Poderosas es imprescindible la colaboración de y con otras organizaciones y personas que conocemos y otras que vamos descubriendo, con las que compartimos valores y con las que disfrutamos y no dejamos de aprender.

Como ocurría con la Resistencia, en Ideas Poderosas los valores y la ideología son importantes. No todo vale. Para nosotros el compromiso con los territorios, con lo social, con la diversidad, con las personas, con las organizaciones grandes y pequeñas está en el centro de nuestra manera de trabajar, de entender y relatar el mundo.

De todo esto se alimenta nuestra alma de partisanos: de crear historias desde la resistencia y seguir disfrutando sin remedio.

 


Nota: ‘Los resistentes fueron hombres y mujeres de todas las edades, aunque a menudo jóvenes, incluso muy jóvenes. Los estudios apuntan que, a pesar de que la Resistencia contó con auténticos personajes románticos y bohemios, la gran mayoría de ellos estaban casados, tenían un oficio y una vida de familia. Entre éstos cabían universitarios, maestros, periodistas, ingenieros, eclesiásticos, militares, adolescentes de las clases medias y superiores, tanto como obreros, tenderos o artesanos. Sólo una minoría vivía a tiempo completo en una total clandestinidad.
Todas las capas sociales, todas las sensibilidades políticas, filosóficas y religiosas están representadas en el seno de la Resistencia’ [recuperado de la wikipedia]

Training using drama – Grupo Marwen Calsan

Durante 5 horas, el equipo de Marwen Calsan, S.L. confió en Ideas Poderosas para desarrollar un proceso de entrenamiento en estrategias comunicativas con la finalidad de encontrar la voz que todos llevamos dentro.

El 15 de enero estuvimos durante 5 horas trabajando con el equipo de Marwen Calsan, S.L. desarrollando un taller motivacional para facilitar que cada uno de los participantes encuentre su voz a través del entrenamiento en técnicas teatrales, Training Using Drama.

Un equipo muy cohesionado que desde el juego que proporciona el teatro, fue aceptando nuestras «arriesgadas propuestas», buscando su personaje, encontrando su voz y finalmente contando su historia.

Toda una experiencia de aprendizaje.
El taller se desarrollo en Geolit – Parque Científico y Tecnológico de Jaén donde el Grupo tiene sede

 

Ciclo de talleres para hablar en público – Fundación Caja Rural de Jaén

La Fundación Caja Rural de Jaén ha confiado en el equipo de Ideas Poderosas para desarrollar el proceso de aprendizaje con la finalidad de aprender, mejorar y consolidar las competencias en oratoria de parte de su equipo.

Durante tres intensos fines de semana un nutrido grupo de trabajadores y trabajadoras de la Fundación Caja Rural de Jaén han participado en una completa experiencia de aprendizaje en la competencia de hablar en público siguiendo nuestro proceso de trabajo de Ideas Poderosas

El proceso de aprendizaje se ha desarrollado a lo largo de tres intensos fines de semana en los que de manera experiencial y práctica hemos ido desarrollando el proceso ideado por Ideas Poderosas.

  • Trabajando con el miedo escénico: training using drama (7 y 8 de febrero de 2014)
  • Encuentra tu voz: aprendiendo a hablar en público (14 y 15 de febrero de 2014)
  • Diseñando presentaciones eficaces: cómo potenciar tus ideas (14 de marzo de 2014)

Un placer poder trabajar con un equipo tan profesional, divertido y comprometido con su desarrollo personal y laboral.

El ciclo de talleres se ha llevado a cabo en las instalaciones de Geolit – Parque Científico y Tecnológico de Jaén.

Training using drama: se abre el telón.

l 27 de abril de cada año se celebra el Día internacional del Teatro. Un día en el que se trata de visibilizar la esencia de este arte que acompaña a la Humanidad desde tiempo inmemoriables.

El Teatro es la gran metáfora de la vida y en Ideas Poderosas descubrimos desde el principio las sugerentes e inspiradoras equivalencias que se pueden establecer entre el Teatro y el desarrollo personal y profesional.

Tuvimos la gran suerte de encontrarnos en el camino con Noelia Camacho, actriz y contadora de historias, con quien descubrimos todo un mundo de posibilidades metodológicas a introducir en nuestras acciones formativas y con quien aprendimos la virtud de contar que va más allá del hábito de explicar. Más tarde nos encontramos con César Guerra, también actor y creador de experiencias teatrales, quien nos enseñó el método, el camino y la pasión por la dramaturgia.

Desde entonces, el Teatro ha inspirado nuestros cursos y talleres y siempre que es posible; y a veces, aun cuando no lo parece; surgen en ellos alguna técnica, alguna referencia o algún ejercicio procedente del proceso de creación teatral.

Una buena obra de teatro es el resultado de repetir, repetir y repetir: cada ensayo, una repetición; cada función, otra repetición. Representar una obra de teatro no consiste en reproducir cada palabra, cada silencio fielmente tal y como vienen recogidos en el guión, ni de repetir una partitura de movimientos de manera mecánica y sincronizada; se trata de interpretar desde la verdad, de convertir cada repetición, cada ensayo, cada función, en una auténtica primera vez, consiste en establecer una genuina conexión con el personaje y con la historia que cuenta, y obtener como resultado una experiencia única y especial.

¿Y no es eso mismo lo que hacemos día a día en nuestro trabajo?: repetir, repetir y repetir.
¿Interpretas tu trabajo o simplemente haces tu trabajo?, ¿nunca es igual o siempre es lo mismo?, ¿actúas como si fuera la primera vez o se nota que eso ya lo has hecho mil veces hoy?

No es fácil interpretar a tu personaje en cada escena, pero si los actores y las actrices lo consiguen, por qué tú no lo puedes conseguir.

Dentro de la secuencia de actividades de entrenamiento que solemos proponer, introducimos un ejercicio que consiste en comenzar a andar hacia el frente y, al atravesar una línea imaginaria trazada sobre el suelo, dejamos de ser nosotros para convertirnos en un personaje. Un personaje que anda y se mueve de una manera peculiar, que habla y se expresa de una manera diferente a como lo hacemos habitualmente. No hay mucho tiempo para pensar (sólo unos pasos) pero es al cruzar la línea, cuando de manera casi inesperada, nos encontramos con el personaje. De pronto el cuerpo se dobla o se estira, aparece un tic, se inmovilizan ciertas partes de nuestro cuerpo, nuestra voz cambia… ya no somos nosotros. La actividad continúa hasta que al llegar al final de la sala, giramos y volvemos a nuestro punto de origen y justamente al atravesar de nuevo la línea imaginaria, dejamos atrás al personaje y volvemos a ser nosotros. Más adelante, con otros ejercicios, trabajamos sobre ese personaje depurando los movimientos, afinando los tics, perfeccionando el habla hasta que en un tiempo relativamente corto hemos conseguido crear un engendro que tiene una historia que contar, algo que decir y que se relaciona con el resto de personajes que le rodean (el resto de las personas que también han cruzado la línea).

La actividad de cruzar la línea es la metáfora de la línea que cruzamos cada día cuando nos incorporamos a nuestros puestos de trabajo. Cruzamos la línea y dejamos de ser “yo” para convertirnos en “yo trabajando” y en ese momento tenemos dos opciones o bien fusionarnos con el personaje o bien distanciarnos del mismo. Distanciarse del personaje significa interpretarlo desde su perspectiva y no desde la nuestra, prestarle nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y nuestras emociones para que se pueda expresar pero sintiendo que él es él y yo soy yo; no necesito sentir o pensar como él para representarlo. Fusionarse con el personaje significa interpretarlo desde nuestra perspectiva, sentir como él siente y pensar como él piensa corriendo el riesgo de que el personaje se apodere de nosotros porque no hay un límite claro entre él y yo.

¿Cuántas veces nos dejamos llevar por la ira, el enfado, la tristeza o la frustración en el trabajo cuando no somos capaces de distanciarnos del personaje que estamos representando y hacemos nuestra la crítica, la burla o la indolencia de las personas con quienes nos relacionamos allí?

¿Alguien se imagina a un actor o actriz discutiendo con alguien del público que en medio de la representación interrumpe la función para criticar algún aspecto de la obra? El actor o la actriz o bien continúa con el guión ignorando lo sucedido o bien, acepta la intromisión como una propuesta que introduce en la historia y le da un sentido, porque el espectáculo debe continuar.

La metodología “training using drama” (formación a través del teatro) que usamos en los talleres y cursos de Ideas Poderosas nos proporciona un contexto de entrenamiento, una secuencia de aprendizaje, una disciplina de trabajo, una experiencia inspiradora, en fin, una metáfora de la vida. A través de ella aprendemos cada día el valor de la improvisación, de confiar en los demás, de romper paredes, de aceptar propuestas, de contar historias y de trabajar desde la verdad.

Training using drama es una experiencia de teatro convertida en metáfora de nuestro quehacer diario en el trabajo que potencia la expresión, la conexión y las historias del día a día.

‘El teatro conmueve, ilumina, incomoda, perturba, exalta, revela, provoca, trasgrede. Es una conversación compartida con la sociedad. El teatro es la primera de las artes que se enfrenta con la nada, las sombras y el silencio para que surjan la palabra, el movimiento, las luces y la vida’
Manifiesto del Teatro 2006, Un rayo de esperanza

Feliz Día Internacional del Teatro